sábado, 21 de julio de 2012

Museo del Alabado

Nuevo Museo Casa del Alabado en Quito 







El Museo Casa del Alabado se encuentra ubicado en el centro histórico de Quito, a media cuadra de la Plaza San Francisco, centro de paso obligado para todos lo viajeros que pasan por la mitad del mundo, yendo y viniendo desde Cuenca, Guayaquil, Galápagos, Manabí, Esmeraldas y otras provincias del Ecuador. El Museo exhibe piezas arqueológicas, obras de arte precolombino creadas por artistas anónimos Valdivia, Chorrera, Tolita, Jama-Coaque y de todas las culturas que poblaron el territorio del Ecuador desde los cinco mil años antes de nuestra era. La Casa del Alabado recupera el arte precolombino y lo exhibe en una ciudad patrimonio cultural de la humanidad como lo es Quito, el cual tiene el mismo nivel de importancia que el reconocido patrimonio natural de la humanidad de las Islas Galápagos.

La Casa del Alabado cuenta con una colección de aproximadamente cinco mil obras de arte precolombinas, recuperadas de todas las regiones del Ecuador, abarcando alrededor de siete mil años de historia, desde los primeros aldeanos Valdivia, hasta la ocupación Inca en el Ecuador. A diferencia de otros museos similares, la Casa del Alabado tiene un recorrido estructurado en la visión cosmológica del poblador andino, quien dividió su mundo físico y abstracto en tres espacios: el inframundo, el mundo de los vivos y el supramundo.
El fantástico mundo prehispánico se presenta de forma innovadora en el recientemente abierto Museo de Arte Precolombino en Quito, en la bellamente restaurada Casa del Alabado, que data de 1671. Este museo privado muestra 500 piezas, de las 5000 que posee, y que datan de hace 4000 años a.C. Han sido cuidadosamente seleccionadas para reflejar la magnitud del pensamiento, la riqueza estética y la esencia de quienes habitaron lo que ahora es el Ecuador; su cultura, su cosmovisión y su espiritualidad.

Un circuito auto-guiado introduce a los visitantes a objetos creados para una actividad espiritual por artistas que poseían el conocimiento esotérico de las formas, las imágenes y las representaciones -así como las diferentes técnicas para trabajar en materiales como piedra, hueso, concha, madera, fibras vegetales y metal- que representan la fuerza vital de las energías que se mueven entre los tres mundos ancestrales en que se dividía la estructura del tiempo: el infra-mundo debajo de la tierra o Pachamama, donde mora la energía; el mundo terrenal donde viven las plantas, los animales y las personas, y el celestial y sagrado supra-mundo.



No hay comentarios:

Publicar un comentario