sábado, 21 de julio de 2012

ANIMALES TOTÉMICOS Y SU SIGNIFICADO

ANIMALES TOTÉMICOS O DE PODER





¿Qué son? Son animales que son compatibles con tu alma, cuerpo, carácter, habilidades, o sentimientos, generalmente es solo uno, pero hay personas que tienen más, lo máximo es siete, el número mágico más poderoso de todos, personalmente, yo tengo esos siete animales totémicos, que son los siguientes y su significado:

El Zorro: La astucia
El Lobo: La fuerza interna
El unicornio: La pureza
El Fénix: El poder para resurgir
La Lechuza: La sabiduría
El cuervo: El lado oscuro que todos tienen
El gato: La agilidad mental

Ahora bien, no solo con decir “Este es mi animal totémico” ¡ya está!, no…hay que sentir las habilidades que cada uno representa y poder controlarlas a la perfección, después de poder decir “Yo puedo hacer esto” y decirlo con sinceridad, es hora de buscar a tu animal, o que él te busque a ti, en un sueño, o en una simple memoria.
También puede ser que el animal se relacione con tu elemento, como el viento, el agua, el fuego, la tierra, el hielo, el trueno, etc… Por ejemplo, mi elemento es el viento, el zorro se relaciona con él porque ambos pueden pasar desapercibidos y ganar ventaja de su velocidad.
Ahora si puedes entender lo que dije en mi primera entrada, sobre un lobo acorralándote en un callejón.

Águila
Símbolo de la altura, del espíritu identificado con el sol, y del principio espiritual. La letra A del sistema jeroglífico egipcio se representa por la figura del águila, significando el calor vital, el origen, el día. El águila es ave cuya vida transcurre a pleno sol, por lo que se considera como esencialmente luminosa y participa de los elementos aire y fuego. Su opuesto es la lechuza, ave de las tinieblas y de la muerte. Como se identifica con el sol y la idea de la actividad masculina, fecundante de la naturaleza materna, el águila simboliza también el padre.

El águila se caracteriza además por su vuelo intrépido, su rapidez y familiaridad con el trueno y el fuego. Posee, pues, el ritmo de la nobleza heroica. Desde el Extremo Oriente hasta el norte de Europa, el águila es el animal asociado a los dioses del poder y de la guerra. En los aires es el equivalente del león en la tierra, por lo cual lleva a veces el águila la cabeza de ese mamífero (excavaciones de Telo).
Según la tradición védica, tiene también un destacado papel como mensajero, siendo el ave que lleva el soma a Indra. Según el arte sármata, el águila es emblema del rayo y de la actividad guerrera. En todo el arte oriental, aparece con gran frecuencia luchando: es el pájaro Imdugud que liga las colas de los ciervos terrestre y celestial, o Garuda, que se precipita contra la serpiente. En la América precolombina surge el águila con el mismo sentido, de principio espiritual y celeste en lucha contra el mundo ctónico inferior. En el arte románico, el águila mantiene ese significado. En la Siria antigua, el águila con brazos humanos simbolizaba la adoración al sol, en el rito de identificación. También conducía las almas a la inmortalidad.
En el cristianismo, ratifica también el águila su papel de mensajero celestial. Theodoreto la comparó al espíritu de profecía; en general se ha identificado también (pero, en realidad, más su vuelo —por la rapidez— que el ave en sí) al ascenso de las oraciones hacia el Señor y el descenso de la gracia sobre los mortales. Según san Jerónimo el águila es emblema de la Ascensión y de la oración
Con mayor amplitud, se consideró como el ave que vuela más alto y, en consecuencia, la que mejor expresaba la idea de la majestad divina. La conexión del águila con el rayo, a la que ya nos hemos referido, se ratifica en las monedas macedónicas y en los signa romanos.
El poder de volar y fulminar, de elevarse para dominar y destruir lo inferior es con seguridad la idea esencial de todo el simbolismo del águila, que, como ave de Júpiter, es la tempestad teriomórfica, el antiquísimo «pájaro de la tormenta», procedente de Mesopotamia a través del Asia Menor .
En las monedas romanas aparece más bien como signo emblemático de las legiones y del poder del Imperio.En la alquimia no cambia el sentido esencial expuesto, sólo se reviste de los aspectos terminológicos de esa mística: es el símbolo de la volatización. Un águila devorando a un león es el signo de la volatización del fijo por el volátil (es decir, según las ecuaciones: alas, espíritu; vuelo, imaginación, victoria de la actividad de espiritualización y sublimación sobre las tendencias materializantes e involutivas.
Como otros animales, en cuanto habita la región de Géminis, se duplica parcial o totalmente; surge entonces el águila bicéfala —que ha de relacionarse con el símbolo de Jano— y que suele aparecer representada en dos colores, rojo y blanco, de gran trascendencia simbólica. En muchos emblemas, símbolos y alegorías aparece el águila en vuelo llevando una víctima; siempre se alude a la situación de sacrificio, por parte de lo inferior (seres, fuerzas, instintos), y de la victoria por parte de lo superior (principio paternal, logos) (50). Dante se llega a referir al águila como pájaro de Dios.
Jung abstrae el sentido polivalente de su simbolismo y lo define simplemente como «altura», con todas las consecuencias del significado de una situación espacial determinada. El águila bicéfala, antes aludida, simboliza como todos los elementos dobles (Jano, Géminis, hacha doble, Jakin y Bohaz, Cautes y Cautopates de la iconografla mitríaca) el dualismo de creación-desrucción, ascensión-descenso, ir-volver, dar vida-matar.

Jaguar: jaguar fue uno de los animales más importantes dentro de la cosmovisión prehispánica también llamado (Felis onca). Desde tiempos muy remotos los aztecas, mayas, olmecas representaban hombres con rasgos de felino o sus variantes. Siglos después, en Teotihuacan, este animal fue un motivo muy común, pero se representaba con atributos de otros animales, como aves y serpientes.
El simbolismo étnico del jaguar alterna así dos ritmos de la noche, de la oscuridad. Lo oscuro como matriz o vientre de la tierra maternal (que genera nuevos frutos y vida) y la no luz como inmersión en una peligrosa región demoníaca. En la primera función, el jaguar es guardián de las oscuridades terrestres, desde donde brota la verde riqueza del suelo y la selva. En la segunda faceta, el jaguar mexicano se cambia en sol de tierra, sol nocturno. En numerosas mitologías, durante el crepúsculo, la exultante esfera solar se sumerge en el mundo subterráneo.
También era el brujo por excelencia de los hombres más importantes (como el gobernante o los sacerdotes), de los hombres vinculados a lo sobrenatural (como los hechiceros) y de los propios dioses (como Tezcatlipoca en la sociedad azteca). Tezcatlipoca era una de las deidades principales y representante del principio de dualidad. Portaba un espejo (su nombre significa espejo que humea), en el que se reflejaban los hechos de la humanidad. Divinidad aérea, representaba el aliento vital y la tempestad y llegó a asociarse posteriormente con la fortuna individual y con el destino de la nación azteca. En otro caso tenemos a la sociedad maya, que tiene como representaciones felinas (en este caso tigres) en la constitución final del hombre, los 4 hombres de maíz: Balam-Quitzé (Tigre sol o Tigre fuego), Balam-Acab (Tigre tierra), Mahucutah (Tigre luna) e Iqui-Balam (Tigre viento o aire). stos estaban dotados de inteligencia y buena vista, de la facultad de hablar, andar y agarrar las cosas. Eran además buenos y hermosos.
También aparecen como parte del mito de destrucción en donde se decía que los jaguares de Cizín, dios del inframundo, se comerán al Sol y la Luna. Y en cuanto a los olmecas el jaguar era la figura principal de su religión. Lo veneraban porque para ellos representaba los misterios de la selva y la fuerza para sobrevivir en ella. El culto al jaguar perdura hasta el post clásico. Se muestra típicamente como una boca con colmillos. Las representaciones antropomorfas relacionadas con el jaguar mostrando en la representación simetría bilateral y es rígido.

DESARROLLO: Para el hombre mesoamericano, el animal no solo era parte de su existencia material y de su compleja vivencia espiritual, sino que jugaba un papel trascendente en el universo. Uno de los animales más temidos y venerados del México antiguo, fue el jaguar; este carnívoro, por su fuerza, belleza y presencia impactó a los pueblos antiguos, por lo cual lo convirtieron en el sinónimo de la fuerza brutal, la violencia y la destrucción.
En algunos casos el felino completamente desnaturalizado, adopta una forma casi ofídica y se lo reconoce solo por las garras y las manchas características.
El hombre imitó o mimetizó ciertas características de la conducta espacial y social de este animal tal como pudo haber imitado o tomado en préstamo ciertos rasgos culturales de otros grupos sociales humanos para dispersarse mejor en su exploración de recursos regionales y en sus relaciones socio-políticas y económicas en otros grupos humanos.
Por ejemplo, entre los animales la posesión del espacio y la manutención de la prevención de una invasión de otros se combinan en iniciativa y ascendencia. Así, la orientación requiere la posición de los individuos y estabiliza el establecimiento de territorios. Un gran numero de estudios demuestra que el comportamiento territorial es fundamental para establecer relaciones y para mantener la estabilidad del grupo, tanto interna como externamente.
Las acciones sucesivas de agresión, miedo, búsqueda de protección y agresión renovada pueden leerse claramente en los movimientos expresivos, sobre todo en las diferentes posiciones del cuerpo y de los músculos faciales del hocico Ej.: posición perfil facial asociada a subordinación y retirada)
Otro aspecto a considerar es la intrínseca relación de las representaciones felínicas con la persona del "chamán", quien manifestaba una gran parte del conocimiento sobre la conducta del jaguar a través del uso de alucinógenos y visiones. Parece haber sido el chamán quien mantenía continuos contactos con grupos selváticos recibiendo enseñanzas de cómo manejar el conocimiento recibido a través de averiguaciones por medio de visiones o viajes periódicos a la selva.
A continuación desarrollaré el papel del jaguar en las distintas culturas de Mesoamérica haciendo hincapié en el simbolismo, los posibles significados, los mitos y sus distintas representaciones artísticas.

¿Qué es un Animal de Poder?
Todas las cosas del Universo tienen espíritu y vida. Las rocas, la tierra, el cielo, las aguas, las plantas y los animales son diferentes expresiones de consciencia, en reinos y realidades diferentes. Y todas las cosas del Universo saben de su Armonía con todo lo demás, y saben como Darse uno al otro. Excepto el hombre. De todas las criaturas del Universo, sólo nosotros no comenzamos nuestras vidas con el conocimiento de esta gran Armonía. Nuestro espíritu puede llegar a ser completo mediante aprender a buscar y a percibir, aprender sobre nuestra propia Armonía con todos nuestros hermanos del Universo.
Cada uno de nosotros tiene un animal particular como su Medicina personal. Los Tótems o Animales personales de Poder son los espíritus protectores que nos ayudan tanto en nuestra vida cotidiana como en nuestra búsqueda espiritual de Armonía. Estos Animales de Poder son comúnmente un reflejo de tu yo más profundo, y también representan las cualidades que necesitas en este mundo, pero que con frecuencia están ocultas u oscurecidas.

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